Si alguna vez has estado en un lugar donde la superficie del agua está completamente congelada, podrías pensar que cualquier pez que habite en ella no podría sobrevivir, pero esto no es del todo cierto. Los peces son animales sorprendentes y han desarrollado varias estrategias para sobrevivir en aguas heladas.
Los peces son animales de sangre fría, lo que significa que su temperatura corporal cambia con la del medio ambiente. Si el agua donde viven comienza a enfriarse, su metabolismo se ralentiza disminuyendo su necesidad de energía para sobrevivir. De hecho, algunos peces son capaces de soportar temperaturas por debajo de los 0°C gracias a las sustancias anticongelantes que tienen en su sangre, lo que evita que los fluidos corporales se congelen.
Al igual que muchos animales que viven en climas fríos, los peces también han aprendido a adaptarse al invierno encontrando zonas más profundas del agua para vivir. A medida que el agua se enfría en invierno, la temperatura más caliente del agua se hunde hacia el fondo. En las profundidades del agua, los peces pueden encontrar temperaturas más estables que les permiten sobrevivir sin congelarse.
Además, algunos peces como el pez perca, son capaces de extraer oxígeno directamente del agua a través de la piel y las membranas mucosas. Esto les permite sobrevivir durante períodos prolongados sin tener que tomar aire en la superficie.
En resumen, los peces tienen una serie de mecanismos que les permiten sobrevivir en aguas heladas, como la capacidad de adaptarse a temperaturas más frías, sustancias anticongelantes en su sangre y la capacidad de extraer oxígeno directamente del agua. Todo esto les permite sobrevivir y prosperar en algunos de los ambientes más extremos de la Tierra.